Pocas cosas son tan importantes para un corredor como sus zapatillas. Se puede prescindir de un montón de cosas pese a la gran cantidad de artículos de todo tipo que ofrece el mundo del running en materia de indumentaria, accesorios y dispositivos. Pero no se puede prescindir del calzado. Y para aquellos que defienden la práctica de correr descalzo, o citan el caso del atleta Abele Bikila que ganó una maratón corriendo descalzo, cabe recordar que en la próxima cita olímpica volvió a correr, con zapatillas, y su performance fue muy superior. No mucho más que agregar.
Existen tantas marcas y modelos en el mercado que cuesta bastante elegir. A continuación te ayudamos con varios puntos que deberías tener en cuenta antes de comprar.
¿Qué priorizar?
Las tres características principales que debe tener un buen calzado de running son: comodidad, estabilidad y amortiguación. Cuando una zapatilla tiene estas tres cosas, al probarlas ya resultan cómodas de entrada, simplemente al caminarlas. Si no te resultan cómodas desde un principio difícilmente lo sean después. No hay que pensar que se van a amoldar, ablandar, o agrandar. Deben sentirse cómodas desde el primer momento.
No dejarse seducir por el color o la apariencia
Siempre digo que uno se vuelve realmente un corredor serio cuando empieza a elegir las zapatillas por funcionalidad y no por estética. Cuando el color no te importa más que la calidad o comodidad. Está bueno que las zapatillas sean lindas y nos queden cancheras, pero no bases tu elección en moda, recordá que la calidad de tu pisada va a repercutir en todo tu cuerpo: rodillas, cintura, espalda. Si te interesa mucho combinar con la ropa, elegí algún color neutro que pueda ser fácilmente adaptable con distintos tonos: gris, negro, blanco, o algunas que justamente tengan muchos colores.
Tipos de pisada
Existen tres tipos de pisada: supinadora, pronadora y neutra, según cómo apoyamos el pie en el suelo. Lo ideal es hacerse un test de pisada o visitar al traumatólogo si creemos tener algún apoyo o tipo de pie que requieran corrección. En ese caso será conveniente usar plantillas recetadas, siempre llevando calzado para pisada neutra. Si somos pronadores leves, por ejemplo (pisamos rotando el pie hacia adentro) puede que sea suficiente con comprar un calzado para ese tipo de pisada. Pero debemos antes determinarlo.
Superficie a utilizar
No es lo mismo correr en el asfalto que en la montaña. Si vamos a correr en terrenos naturales será mejor optar por modelos que tengan suelas con buen agarre y antideslizante. Cada vez hay más modelos de zapatillas de trail running disponibles, más livianas, más armadas, más o menos rígidas, según el uso que se le vaya a dar.
El tamaño adecuado
Al probarnos las zapatillas, debemos asegurarnos que en la punta queda el espacio de un dedo aproximadamente, porque al correr los pies se hinchan. Si nos van muy justas parado, corriendo van a apretar.
Cuestión de peso
Los corredores más pesados deben priorizar la amortiguación. Existen modelos específicos para personas de más de 80 kilos, son zapatillas más robustas, que no son tan livianas pero dan buen agarre al pie y tienen una suela que minimiza el impacto sobre las articulaciones.
¿Más de un par?
Los corredores más experimentados suelen tener distintos pares de zapatillas y utilizar unos u otros dependiendo el entrenamiento que vayan a realizar. En las salidas largas usan las de mayor amortiguación y en los trabajos de intensidad o competencias, modelos más livianos aptos para alcanzar un mejor rendimiento. Tener más de un par de zapatillas es una buena idea para cualquier corredor sin importar su nivel. Con una frecuencia semanal de tres salidas por semana, personalmente creo que ya se justifica disponer de más de un par, en definitiva el gasto económico será el mismo porque cada uno va a durar más al alternar su uso.
¿Cada cuánto cambiarlas?
Un calzado de running puede durar entre 400 y 800 kilómetros dependiendo de varios factores. La calidad del mismo, el peso corporal del corredor, la superficie donde se utiliza, la intensidad de los kilómetros que se realizan (no es lo mismo 500 kilómetros a un ritmo de tres minutos por kilómetro que a seis minutos). Y también varía de acuerdo al modelo: las zapatillas de competencia son más livianas y en general duran menos, están preparadas para alcanzar una mejor performance e ir más rápido pero se gastan antes que las de entrenamiento, diseñadas para hacerles más kilómetros. Pero en ningún caso se recomienda extender su uso más allá de los 800 kilómetros. Parecen mucho, pero si pensamos en un corredor que realiza cinco salidas semanales de un promedio de doce kilómetros cada una, estamos hablando de una durabilidad de tres meses. Tener presente que si extendemos su uso mucho más allá de lo que corresponde nos exponemos al riesgo de lesiones ya que el desgaste de suela y cepellada hace perder amortiguación y estabilidad además de propiciar a una pisada incorrecta que seguramente conlleve a molestias, dolores, o incluso lesiones.
¿Dónde comprar?
Si uno no tiene claro el modelo que va a elegir y debe asesorarse, lo ideal es visitar tiendas especializadas en calzado de running, y si el vendedor es corredor, ¡mejor! Muchos vendedores no tienen idea de las características del calzado que debe priorizar cada persona de acuerdo a su físico y al uso que le va a dar. Un tema no menor es el presupuesto, porque las zapatillas buenas no son baratas. Pero muchas veces se consiguen modelos anteriores a precios super razonables y se puede comprar hasta a la mitad del valor que cuesta un modelo nuevo solo porque es nuevo, y sin resignar calidad. Otra opción es la venta online que en general ofrece muchas promociones y descuentos. Frente a esta alternativa lo mejor es primero asesorarse y probarlas en otro lado y recién una vez que estamos seguros de cuál es el modelo y el número adecuados para nosotros, comprar online. El calzado no es algo que debamos elegir por apariencia o precio comprando por catálogo sin probarlo antes.