Es sabido que los beneficios que aportan el deporte y la actividad física van más allá de lo estético y lo saludable. Correr no sólo puede bajar el colesterol, ayudar a mantener un peso adecuado o combatir el estrés. Sus aportes positivos abarcan el ámbito social y nuestra forma de relacionarnos con los demás: puede permitirnos entablar relaciones nuevas muy estrechas con personas que comparten nuestros mismos gustos y estilo de vida, y mejorar las que ya tenemos. Cuando uno es chico, conocer gente y hacer nuevos amigos resulta fácil, pero a medida que vamos creciendo esto puede volverse menos habitual y un poco más difícil que en la niñez o adolescencia. Sin embargo, correr le permitió a muchísima gente un cambio de vida radical. No sólo les brindó la posibilidad de amigarse con su cuerpo y sentirse más jóvenes y vitales si no también les abrió las puertas a una red social inmensa donde aparecen muchas propuestas que antes no tenían, para divertirse, sentirse acompañado, y contenido. Existen infinidades de casos de adultos que se sentían solos o personas sin pareja que no tenían planes para el fin de semana o las vacaciones, quizás porque la mayoría en su circulo habitual están casados o en pareja y con planes recurrentes que no hacen sentir cómodo al que no se encuentra en similar situación. A través de los grupos de corredores encontraron la forma de recuperar esas cosas de años atrás como los viajes en grupo, las salidas nocturnas o diurnas, compartir las vacaciones con amigos, etc. Es muy común que los corredores compartan planes casi todos los fines de semana: si no es una carrera en su ciudad, es un viaje a correr a otro lugar, o algún festejo por cumpleaños, despedidas, o celebraciones varias de algún integrante del Running Team. Es común también el “after Running”, así le llamo yo al tercer tiempo recreativo y social que puede darse después de un entrenamiento o una carrera. A veces resulta en ir a comer una pizza después de clase derecho y con look de corredores, o un desayuno en un bar o un asado super organizado después de una maratón. Correr le dio la oportunidad a miles de personas pasados los 30, 40, 50 años o más, de hacer amigos en una edad donde no es tan fácil hacer nuevos amigos. En el Running Team, en las carreras, en los viajes, o en las redes sociales. Y tema aparte merecen las redes sociales. Existen sin numero de grupos, eventos y cada vez más usuarios runners de todas las aplicaciones y redes que hoy día hay disponibles y siguen creciendo. Esto brinda la posibilidad de conocer mucha gente e interactuar con quienes tienen nuestros mismos gustos e intereses.
El Running propicia y puede potenciar o mejorar las relaciones de todo tipo: amistad, pareja, familia, y hasta laborales: es común en las empresas por ejemplo, crear grupos de entrenamiento para favorecer el clima laboral además de aportar un beneficio para los empleados. También es muy lindo ver cuando los padres corren con sus hijos, o hermanos, sobrinos, etc. Propiciando momentos para compartir y disfrutar en un ámbito sano y entretenido. Las carreras además son una gran posibilidad de inculcar el deporte en los niños, llevarlos donde los grandes participan y puedan ver a sus papas cruzar la meta con admiración, correr los últimos metros juntos, o incluso hacerlos participar de la categoría para chicos si el evento lo dispone. También hay casos de muchísimas parejas que se conocieron gracias a este deporte. Familias enteras se han formado en el ámbito runner y lo más lindo de esto es que cuando uno puede compartir con la pareja una misma actividad que se disfruta tanto, la relación tiene más chances de funcionar bien. No aburrirse es clave en cualquier relación para que esta perdure. Correr y todo lo que correr genera puede ser realmente muy entretenido y divertido. Nos hace volver a ser chicos: jugando, proyectando, alentando, festejando logros propios y ajenos, teniendo metas y propuestas que motivan y divierten y pueden ser correr en la montaña, en la playa, en la ciudad, o donde sea. Viajar para correr. Juntarse e sábado a la mañana para trotar con un compañero o a la noche para salir con el grupo. Sobran las opciones para juntarse y pasarla bien. Haciendo algo que además, hace muy bien.