Es primero de septiembre y, a pesar del sol, hace frío. Todavía es invierno y el viento sopla fuerte en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez. Somos casi 600 los corredores a punto de largar la tercera fecha del circuito de duatlón más grande y reconocido del país: el Dua de la Ciudad de Buenos Aires. En breve, intentaremos correr y pedalear lo más fuerte que den las piernas por estas pistas llenas de curvas, rectas e historias. Por el mismo asfalto en el que compitieron Fangio y Schumacher.
El duatlón, que combina el ciclismo con la carrera a pie en el formato carrera-bici-carrera, suma adeptos año tras año: dicen que una vez que se empieza, es muy difícil abandonar. Desde hace 12 años, la empresa Crossports organiza estas pruebas, con circuitos que constan de dos o tres distancias de acuerdo con el lugar y dos categorías en cada una: se puede participar con bicicleta de ruta o MTB. También hay divisiones por edad, sexo, individual y en postas (uno de los participantes corre y otro pedalea). En lo que va del año, ya hubo fechas en el Autódromo y en Palermo. A su vez hay dos categorías en cada distancia.
El encanto del Dua
¿Qué es lo distintivo del Dua? Es apasionante y divertido. A muchos de los que llevan varios años de competencia en las clásicas carreras de calle, incursionar en otras pruebas como el trail run, el triatlón, o el duatlón, les devuelve el entusiasmo de lo nuevo. La clave es que el Dua es mucho más accesible que las otras mencionadas. En el triatlón, la natación complejiza bastante las cosas (insume tiempo y logística extras). Y en el trail run, en muchos casos hay que trasladarse a la montaña o a las sierras con el costo en tiempo y dinero que eso implica. ¿Conclusión? Para probar algo nuevo, accesible, sin invertir demasiado tiempo y dinero, el duatlón puede ser la opción perfecta. Además, en cuanto a la bici, no se precisa una nave espacial como esas que se ven en los Ironman y cuestan más que un auto. Con que supere la revisión técnica, alcanza: personal de la organización controla el correcto funcionamiento de los frenos, que el casco sea seguro, y que la bici cumpla con los requisitos que exige el reglamento para la categoría correspondiente. Ruta o MTB son bienvenidas. No te vas a sentir mal si la tuya es antigua o sencilla: se ven ciclistas que participan con toda la alegría del mundo sin ostentación ni grandes ambiciones deportivas.
El encanto de las transiciones
Las transiciones son el momento en el que se pasa de correr a pedalear, y de pedalear a correr. Toda una aventura en sí mismas.Un minuto ahí se puede perder fácil, y para descontar eso en la carrera, quizás hay que entrenar un año. Por eso, ser rápido, pero también preciso es todo. Por ejemplo: hay que bajarse y subirse de la bici en zonas delimitadas, hacerlo antes o después implica una sanción (minutos que se suman al tiempo de carrera). En la primera transición (T1) hay que entrar en el parque cerrado a buscar la bici, cambiarse las zapatillas, colocarse el casco, y correr con la bici al hombro hasta el lugar donde se puede empezar a pedalear. Y, en la última transición (T2), hay que volver a cambiarse las zapatillas, dejar el casco, acomodar la bici donde corresponde, salir del área de transición corriendo y seguir así hasta la meta. Algunos usan las mismas zapatillas para correr y para pedalear porque no tienen pedales con trabas (esto es más común entre quienes se inician), pero al pedalear se tracciona menos.
Sentirse ganador
Otra característica que motiva mucho de los Duas de la ciudad es su premiación generosa. Además de entregar medallas finishers a todo el que cruce la meta, hay premios del primero al quinto puesto de la clasificación general en damas y caballeros, y también para los tres primeros de cada categoría de edades. Y no solo eso: los cinco ganadores de la general quedan fuera de esta última premiación. Así, puede suceder que quien llegó en el puesto 9 de 10 en la clasificación se vuelva con podio y sonrisa gigante. Este tipo de carreras da la posibilidad de sentirse un campeón, aunque se esté lejos de ser atleta de elite. Hay grandes chances para un montón de corredores que en otros eventos no podrían aspirar más allá de la medalla finisher.
Un deporte democrático
Al igual que otros tantos que debutaron ese mismo día, disfruté mucho de la experiencia de mi primer Dua en el Autódromo. Corrí y pedaleé mejor de lo esperado sin haber entrenado tanto: la idea de participar surgió a último momento, me anoté tres días antes de largar. Esto es algo que jamás le recomendaría hacer a un alumno, pero yo estaba en un momento deportivo no muy bueno y precisaba una inyección para reactivarme. Y funcionó. El Dua de Buenos Aires me cautivó. Sorprende su ambiente superfamiliar, aunque también competitivo, donde conviven en total armonía los pros con los que recién empiezan, los atléticos y los rellenitos, ancianos y jóvenes, todos en calzas con total impunidad. Bicis de $8.000 y otras de más de US$10.000. Familias enteras que alientan, hijos que comparten los últimos metros con sus papás o mamás. Muchos que se conforman con llegar, y otros pocos que dejan la vida para ganar la carrera. Todo el mundo feliz con esa plenitud que da sentirse capaz de correr, pedalear y volver a correr.
Las distancias del Dua de la Ciudad
- Short o 3.20: 3 km de pedestrismo + 20 km de ciclismo + 3 km de pedestrismo
- Standard o 6.30: 6 km de pedestrismo + 30 km de ciclismo + 3 km de pedestrismo
- Full o 9.50: 9 km pedestrismo + 50 km de ciclismo + 3 km de pedestrismo
5 tips para principiantes
- No esperes a tener una superbici. Animate a participar con la que ya tenés, anotate en uno y, si te enganchás, con tiempo te podés comprar una mejor.
- Con calma en las transiciones. En el debut, es muy posible que se te olvide algo en la T1 o T2. Es mejor perder unos segundos, pero no salir a correr con el casco puesto, o descalzo. Tomate un tiempo para repasar mentalmente con serenidad todo lo que tenés que hacer. Al principio, hay que enfocarse en no cometer errores ni olvidos, más que en apurarse. Con práctica vas a hacerlas cada vez más rápido.
- Pedaleá liviano. Tratá de mantener una cadencia (cantidad de veces que gira la rueda por minuto) alta, y no ir muy forzado con cambios pesados. Recordá que después tenés que usar las piernas para correr y no hay que quemarlas.
- En la primera parte, corré con freno de mano.No vayas a fondo en el primer tramo de corrida. No corras como si solo fueras a correr. Si vas al 100 ahí, los minutos o segundos que ganes serán muy pocos en comparación con los que podés perder después, al pedalear con las piernas agotadas.
- Practicá todo antes.No te presentes a tu primera carrera sin haber probado antes cómo es eso de bajarse de la bici y salir a correr, y de correr antes de pedalear. Si bien los trabajos específicos en cada disciplina son vitales, incluir entrenamientos combinados hará la diferencia. Probá también toda la indumentaria, la hidratación y lo que vayas a comer. Cuanto menos se improvisa, hay más chances de buen debut.
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