El año que el mundo paró de correr

El año que el mundo paró de correr

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El Covid -19 obligó a la sociedad completa a parar. A quedarse adentro, mirar para adentro, consumir menos, y abrazarse a lo imprescindible. Todos dejamos de andar por la vida a las corridas, bajamos muchos cambios. El título suena a metáfora. Pero algunos, además, dejaron de “correr” literalmente, y lo padecen bastante.

Los atletas, los corredores profesionales y los aficionados se vieron muy afectados por las restricciones absolutas para su actividad ante la pandemia global. Muchos hablan del 2020 como un año prácticamente perdido en lo deportivo. Primero fueron las suspensiones de las carreras multitudinarias, luego los eventos del ámbito del atletismo federado, y por último llegó lo peor: en muchos países (incluso el nuestro) la prohibición absoluta para salir a correr. Todas las maratones internacionales se suspendieron. Hasta los Juegos Olímpicos de Tokyo que tenían fecha a partir de julio para este año, se suspendieron, algo que sólo había sucedido en la historia durante la segunda guerra mundial entre 1940 y 1944.

En nuestro país desde marzo no hay carreras, y si bien algunos eventos aún presentan fechas de re programación para fin de año, nadie tiene certezas de cuándo se podrá volver a correr y competir.

Recientemente el gobierno de la ciudad y la asociación de carreras y maratones Ñandú confirmaron el aplazamiento para el año próximo de los 21 K y la maratón internacional de Buenos Aires, dos de los eventos atléticos más grandes de América.

Las actividades deportivas del mundo entero han sido afectadas por la pandemia de coronavirus. La semana pasada, las máximas autoridades del atletismo internacional dieron una teleconferencia exclusiva para muy pocos medios de Latinoamérica donde Mix 5411 dijo presente.

Sebastian Coe y Ximena Restrepo, presidente y vice presidenta de World Atheltics (ex IAAF) plantearon un futuro cercano incierto para el deporte. Lo único que dejaron claro es que las actividades no se reanudarán hasta no contar con un escenario seguro, y que esto no puede establecerse de forma global: dependerá de la situación puntual de la pandemia en cada país o región.

Entre los fanáticos del running y el atletismo, las aguas están divididas: hay quienes aseguran que considerando al correr como actividad no esencial, no debe tratarse como prioridad o dramatizar el hecho de que se sostengan las prohibiciones. Del otro lado, muchos sostienen que correr debería permitirse (con los recaudos sanitarios necesarios) porque siendo una actividad que puede practicarse individualmente no presenta contacto físico ni riesgos significativos, y además resulta beneficiosa para mantener la salud física y psicológica.

Cesar Roces, entrenador de alto rendimiento y presidente de una de las asociaciones atléticas más grandes de la federación metropolitana redactó una propuesta con la la espera de que pueda ser difundida y analizada.

Roces cree que ante la necesidad social de ir flexibilizando la cuarentena, sin que esto incurra en un riesgo mayor para los ciudadanos, sería oportuno ofrecer un esquema coherente de franjas horarias diarias, para que aquellos que lo deseen (y necesiten) puedan realizar actividades al aire libre (caminar, correr, pedalear, patinar, etc). Propone la permisión de salidas en forma aislada (una persona sola) con protector de las vías respiratorias, sin detenerse en parques, clubes, plazas…, y respetando franjas horarias como podrían ser de 05:00 a 07:30 hs y de 20:30 a 22:00 hs con distinción por sexos según días de la semana.

El reconocido entrenador y docente universitario considera que estas medidas garantizarían un alivio físico y psíquico para quienes vienen cumpliendo y colaborando con la forma exitosa del aislamiento social, permitiendo un control sencillo y evitando se agrupen muchas personas en la calle mediante este esquema de días y horarios.

La opción de las franjas horarias presenta también opiniones desencontradas. Hay quienes plantean justamente lo inverso, argumentando que de proponerse un horario acotado habría mayor concentración de personas en esos momentos permitidos.

Está claro que nadie tiene la llave de la verdad, que no hay nada concreto ni certero. No sabemos cuándo volverán las carreras ni tampoco cuándo se podrá volver a correr en Capital Federal y Gran Buenos Aires en nuestro país, por ejemplo. Nose puede saber tampoco a ciencia cierta si es mayor el perjuicio de la prohibición que el daño que ocasiona el encierro. Esta situación es nueva para todos y no solo para CABA o Argentina. Es nueva para el mundo. Estamos aprendiendo a vivir diferente, a cuidarnos, reinventarnos, y a tener paciencia. A pensar en forma más colectiva y no tan aislada. Lo único cierto y seguro es que cada día que pasa, falta un día menos.

 

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